¿Consumes cotidianamente gaseosas bajas en calorías? ¿Sustituyes el agua por una soda de dieta? ¿Piensas que no está mal beber grandes cantidades de refrescos light porque, como su nombre lo indica, no engordan? Tal vez te estés equivocando.
Ya habíamos hablado aquí de los problemas de salud que puede representar el ser un bebedor habitual de gaseosas, especialmente por sus altos contenidos de azúcares. Podría pensarse entonces que los refrescos de dieta supondrían una buena alternativa, ya que están endulzados con un sustituto libre de calorías lo que provoca que no engorden, pero la evidencia parece demostrar lo contrario.
Investigadores de la Universidad Texas Health Science Center, realizaron un seguimiento a un grupo de personas durante más de 9 años. Entre los voluntarios se encontraban fanáticos de los refrescos light, consumidores de gaseosas regulares y personas que no beben sodas. Con el paso del tiempo, las medidas de la cintura de todos los participantes aumentaron, pero esto fue especialmente significativo entre los bebedores de sodas de dieta. La circunferencia de la cintura de los que consumían dos o más al día, aumentó 5 veces más que la del resto. ¿Por qué se da este fenómeno?
Varios estudios apuntan a una misma conclusión: los endulzantes artificiales utilizados en este tipo de bebidas, engañan al cerebro. Cuando nuestras papilas gustativas detectan un sabor dulce, el cuerpo supone que vendrá una gran carga de calorías. Como ello no ocurre, es probable que nos excedamos en la comida para calmar esa suposición de nuestro organismo.El cuerpo esperaba una dosis de energía y hay que dársela. El funcionamiento del núcleo caudal, área del cerebro encargada de las señales de recompensa y el control del consumo de alimentos, se ve alterado si este patrón es constante lo que provoca que la persona consuma más calorías de las necesarias.
Si las bebidas bajas en calorías son tu principal fuente de ingesta de líquidos, es recomendable que revises bien tu dieta y hábitos alimenticios. Las estadísticas señalan que los aficionados a este tipo de bebida llevan una dieta pobre y poco balanceada. Esta puede ser también una de las razones por las que paradójicamente sean más gordos que el resto y también la causa de muchas otras enfermedades.
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